En la enseñanza-aprendizaje de un lenguaje, en forma escolarizada, existen dos grupos de dificultades: las naturales y las artificiales.
Son las inherentes al mismo idioma y el medio social donde se habla.
La metodología que hemos adoptado para este curso consiste, en primer lugar, en la presentación y memorización de una cantidad mínima de vocablos o códigos, que le permita al interesado, al menos en un primer momento, una comunicación elemental en función de sus necesidades básicas de sobrevivencia: alimentación, salud, convivencia social, a fin de avanzar a niveles más complejos y abstractos.
Que se originan de la burocratización y el elitismo en la escolaridad.
Estas dificultades tienen mucho que ver con el carácter de clase que tiene la educación y por ende, el aprendizaje de un idioma: ¿Qué enseñar? (contenido temático) y ¿cómo enseñar? (metodología), responden necesariamente a los intereses de la clase social en el poder. Por ejemplo, si observamos el método llamado Assimil, norteamericano, u otro similar, en sus diálogos se presentan vocablos y expresiones basados en temas sobre turismo en Europa, viajes en avión o barco, alojamiento en hoteles de lujo. El vocabulario está orientado a personas acomodadas.
En respuesta a la pregunta ¿qué enseñar?, “el tema turismo ” será la respuesta lógica. Tema que es superfluo o ridículo en la enseñanza para el público trabajador o campesino pobre de los andes.
Así, la metodología y el contenido de la enseñanza de un idioma están determinados, no por la buena o mala calidad del autor o enseñante, sino sobre todo, por la adopción consciente o inconsciente de los diversos intereses de las clases sociales que han dictado o decidido imponer el programa escolar.