Autor: Maximiliano Duran

La gran complicación


Se escribe así pero se pronuncia

En el caso del inglés, es frecuente escribir de una manera pero pronunciar de otra manera, ejemplo: (para los hispano hablantes)mother (madre) será pronunciado moder en lugar de moter como correspondería. read (leer) será pronunciado rid en lugar de read.

En francés también se tiene el mismo o peor problema :

  • elle (ella) será pronunciado el en lugar de elle.
  • gâteau (pastel) será pronunciado gató en lugar de gateau.
  • ils (ellos) será pronunciado il en lugar de ils.

Algunos especialistas de la enseñanza del quechua, influenciados por este tipo de defectos, desean introducir el mismo tipo de complicación inútil. Veamos cómo lo hacen en los siguientes ejemplos: « Se escribe macqta pero se pronuncia majta. Nos surge de inmediato la pregunta, ¿ por qué no escribir majta directamente? Sin duda que es debido, a la imponente influencia del inglés o de las lenguas europeas que ejercen su poder semi-colonial también en este aspecto.


Otra complicación :

«Se escribe tal letra, pero no se pronuncia », esto ocurre principalmente con la h. Así, Demetrio Túpac Yupanqui (1973) en su texto Hablemos Quechua(1) expone numerosos casos de « se escribe de una manera, pero se pronuncia de otra». Por ejemplo, él escribe huq (uno ) pero se pronuncia juk. Se escribe pitah y se pronuncia pitaj.


¿Por qué no escribir directamente juk o pitaj?

Sabiendo que en castellano la letra h no se pronuncia, ¿por qué inventar esa dificultad? En todo su libro, él insiste en escribir este tipo de palabras. Por ejemplo maymantatah (de, de dónde) con la esperanza de que sus lectores lo pronuncien maymantataj . En vano, pues la “pronunciación” castellana de la letra h es muda.
¿Pensando en qué justificación T. Yupanqui ha optado por escribir la h, en donde debiera escribir la j? ¿Pensando quizás en la pronunciación inglesa de la h? Si se escribiera con j la lectura hecha por alguien que lee el castellano, daría en un 99% de los casos una pronunciación más cercana a la nativa.


¿Debemos obligatoriamente dominar la ciencia de la fonología antes de aprender a hablar correctamente el quechua?

Pienso que no es necesario. No obstante, ciertos textos de enseñanza la colocan entre las primeras páginas, y casi como condición necesaria, dando toda una explicación sobre la fonética internacional, compuesta de símbolos y consonantes extraños al alfabeto castellano y a la experiencia cotidiana, ver por ejemplo (1) (3) (4).Yo lo considero un obstáculo al aprendizaje del quechua. Es agregar dificultades artificiales a la defensa de su sobrevivencia.

Colocar lecciones de fonética internacional, en la primera parte del texto, puede llevar a pensar que es la condición necesaria o previa. Es crear una aprehensión o temor legítimos de hallarse frente a un idioma de aprendizaje sofisticado y muy complejo, sobre todo, ante las personas que desean aprender este idioma con el simple propósito de comunicación y no de altos estudios académicos o sabios. Términos o frases como: «Tipo de consonantes oclusivas simples, p labial, alveolar, t velar, k postvelar, q oclusiva africada». «La simple : ch palatal, oclusiva glotizada, la r alveolar fricativa retroflexe». «La h glotal, nasal, lateral, etc… han de ser tenidas en cuenta en la pronunciación del quechua», es realmente exagerado. En efecto creo que muy pocos especialistas comprenderán completamente estas «explicaciones». Personalmente, confieso que no las entiendo totalmente.

A este respecto, en la introducción de su libro, Soto nos da una ilustración de lo que se diría « la razón de la sin razón ». En efecto, en la p. 28 nos dice : «En el inventario fonético que se presenta a continuación y cuyos símbolos coinciden con los del alfabeto oficial quechua, los siguientes son signos que representan sonidos que están fuera de los hábitos fonéticos y/u ortográficos de los hispanohablantes: q postvelar fricativo sordo... r (con acento circunflexo invertido) alveolar fricativo retroflejo...», etc. Soto (7).

Sabiendo que sus lectores son hispanohablantes y que ignoran estos símbolos, entonces podríamos deducir que él no desea que esos lectores aprendan el quechua, pues al no serles familiares, no están en condiciones de servirse de esos símbolos raros, que representan así una verdadera barrera para ese aprendizaje.
Sabiendo que las mismas consonantes y fonemas, sonidos, existen en otros idiomas como el inglés o el castellano. Le preguntamos a esos autores, ¿por qué la fonética internacional no es un requisito previo en la enseñanza de esos idiomas? ¿Por qué buscan imponer ese obstáculo inútil al aprendizaje del quechua?

¿Por qué querer complicar la escritura y la pronunciación, si el quechua en realidad es sencillo en su escritura y su pronunciación?